SUROESTE DE ISLANDIA
El suroeste de Islandia engloba puntos tan reseñables del país como son el Círculo Dorado, las cascadas Skogafoss y Seljalandsfoss o el volcán Kerid. Es una de las zonas más transitadas del país, pero también de las más espectaculares. Nosotros recorrimos esta zona en dos días y es más o menos el tiempo que recomendamos dedicarle si no quieres perderte nada.
CÍRCULO DORADO
El Círculo Dorado es una ruta que comprende casi 300km y engloba alguna de las atracciones turísticas más visitadas de Islandia. Las principales visitas son el Parque Nacional Þingvellir, Geysir y la espectacular cascada de Gullfoss. Es una de las zonas más turísticas debido a su cercanía a Reikiavik, pero es también una visita fundamental si estás viajando por Islandia. Se puede visitar en un día fácilmente o, en algo menos, si te organizas bien, aunque ya sabéis que a nosotros no nos gusta correr en nuestros viajes.
PARQUE NACIONAL DE ÞINGVELLIR
El Parque Nacional de Þingvellir se encuentra a 40km de Reikiavik y es uno de los lugares de mayor importancia de Islandia. Es aquí donde los vikingos establecieron el primer parlamento democrático del mundo. Pero no todo es historia, es un entorno magnífico con muchas cosas que hacer y visitar. A nosotros nos gustó mucho, también es verdad que fue nuestro primer contacto con Islandia y, por tanto, aún no conocíamos el resto de paisajes espectaculares que nos esperaban, por lo que creemos que impresiona más si es de las primeras visita que si se ve al final.
🅿️💵Dentro del Parque Nacional ten en cuenta que el aparcamiento disponible es de pago y tendrás que abonar los 750ISK (en torno a 5€) en las máquinas destinadas a ello si no quieres exponerte a una multa.
En el Thingvellir National Park no te puedes perder:
-Öxarárfoss: Es la principal cascada del Parque Nacional. Suele ser la primera visita si se comienza a visitar desde el primero de los parkings. Es una cascada bonita y que impresiona de primeras si aún no has conocido las cascadas más famosas del país.
-Alþingi: es el lugar donde se estableció el primer parlamento nacional de Islandia en el 930 d.C. y el más antiguo del mundo. Hoy en día está señalizado con un altar y una bandera islandesa.
-La separación de las placas tectónicas de Europa y América: el sendero recorre esta grieta entre ambas placas y llega a un mirador desde el que se tienen unas vistas increíbles del parque y del lago Þingvallavatn.
-Fisura de Silfra y lago de Þingvallavatn La cristalina fosa de Silfra dicen que es uno de los mejores lugares del mundo para hacer snórkel y submarinismo (igual en verano esta actividad resulta más apetecible). No hay vida marina, pero se pueden explorar las grietas de la fisura. Se pueden contratar excursiones online para practicar estos deportes o, simplemente, como nosotros, acercarte hasta la orilla para verla. El lago de Þingvallavatn es el lago más grande de Islandia y merece la pena acercarse hasta aquí para echar un vistazo.
GEYSIR
Geysir es el más famoso de todos los géiseres del mundo y ha dado nombre a este tipo de fuentes de vapor en todo el mundo, aunque hoy en día está inactivo y no se le ve escupir vapor. En esta zona, conocida como Haukadalur, se puede ver al géiser Strokkur escupir vapor cada 6 minutos (sí, lo calculamos, había que pillarlo en la foto). Sucede cada tan poco tiempo que es un vicio. Es un lugar curioso, con el típico hedor a azufre y un vapor que hace que no veas mucho de lejos.
Elena había visto géiseres en Chile hace unos años, pero era mi primera vez y la verdad que ver algo que solo puedes contemplar en tan pocos lugares del mundo, hace que sea algo muy especial. El recorrido lleva desde estos dos géiseres en la base, hasta lo alto de una colina desde donde se contempla toda la zona geotermal. La visita dura en torno a 1h, dependiendo de las veces que quieras pillar al géiser escupiendo, que hemos de reconocer que en nuestro caso fueron unas cuantas. Desde aquí toca desplazarse hasta la cascada de Gullfoss, a escasos 10 minutos, para finiquitar la visita al Círculo Dorado.
GULLFOSS
La cascada de Gullfoss es una de las más espectaculares de Islandia. A nosotros nos impresionó un montón cuando la vimos y no es para menos, ya que la fuerza con la que cae el agua en sus dos saltos y lo caudalosa que es, dejan a los enamorados de la naturaleza, como nosotros, con la boca abierta.
Hoy en día podemos disfrutar de esta maravilla, pero hace tiempo la cascada de Gullffos estuvo en peligro, ya que un grupo de inversores extranjeros decidió construir en la década de los años 20 una presa hidroeléctrica en sus saltos de agua. Sin embargo, los promotores se toparon con la negativa del propietario de las tierras y su familia, acudiendo al gobierno islandés que, como en la mayoría de estos casos, sí les permitió la construcción de la presa (dinerito, dinerito…). Ante esta situación, Sígridur Tómasdóttir (la hija del propietario) decidió caminar descalza desde Gullfoss hasta Reikiavik como forma de protesta, amenazando incluso con suicidarse en la catarata si el proyecto continuaba.
Las medidas de protesta surtieron efecto y la presa nunca llegó a construirse, por lo que Gullfoss se salvó gracias a esta valiente mujer y es, hoy en día, uno de los principales reclamos del país por encontrarse cerca de la capital e incluirse en la multitud de tours organizados que recorren el Círculo Dorado. Tanto es así, que se ha construido al lado un nuevo centro de visitantes y un parking gratuito.
La accesibilidad a la cascada también está muy bien, ya que un camino recorre el salto de agua hasta dejarte prácticamente a escasos metros de la cascada. Nosotros acabamos empapados y no sólo fue por la lluvia. Te recomendamos que vengas preparado con un buen chubasquero/poncho y sigas nuestros Consejos para Viajar a Islandia. Aún así, salimos encantados y muy felices por todo lo que habíamos visto en el Círculo Dorado.
Decidimos retroceder un poco para pasar por la ciudad de Selfoss (que no tiene nada más que una calle curiosa con réplicas de edificios del país, pero te puede venir bien como a nosotros para echar gasolina o pasar por el supermercado) y hacer noche allí, en el Selfoss campground, ya pensando en nuestra primera visita de la mañana, el volcán Kerið, que no nos había dado tiempo a ir el día anterior.
DESDE SELFOSS A SKÓGAFOSS
El tercer día de nuestro viaje por Islandia lo bautizamos como el “Día de las cascadas”, ya que en el camino vimos algunas de las cascadas más impresionantes del país. Fuimos desde la pequeña ciudad de Selfoss hasta Skógafoss, uno de los lugares más míticos y famosos de Islandia y se convirtió en uno de los mejores del días del viaje. No paramos de alucinar con los increíbles paisajes que se nos presentaban uno tras otro. Además, salió el sol, por lo que nos dió un subidón y un color especial a todas nuestras fotos 📷.
Nuestra primera parada desde Selfoss fue el volcán Kerið. Este volcán inactivo se encuentra en una propiedad privada (alucinamos con las propiedades privadas tan rándom de este país), por lo que hay que pagar 400ISK/persona en la caseta de la entrada para poder visitarlo. Su peculiaridad es el contraste de colores que le da la vegetación que le rodea y el precioso lago azul que baña su cráter. Tiene un camino bien señalizado que recorre el cráter y baja hasta el lago. Nosotros hicimos la visita en más o menos una hora, tiempo suficiente para dar una vuelta, bajar y hacerse unas fotos.
Ya de vuelta en la carretera, pusimos dirección al interior del país con paradas en dos cascadas (entrenando para lo que se nos venía encima). Estas dos cascadas son Urriðafoss y Ægissíðufoss, dos cascadas poco conocidas, pero que bien merecen una visita. A la primera de ellas se accede por una pista de grava de 2 kilómetros (no se necesita 4×4). A la segunda, de más fácil acceso, a través de una carretera señalizada a la entrada del pueblo de Hella.
Nuestra siguiente parada fue a la salida de Hella, en Oddi, para ver la Oddakirkja. Esta iglesia es la cuna de las eddas nórdicas (los libros de poesía más importantes que se conservan). La entrada a la iglesia estaba cerrada, pero el lugar es muy bonito y bien merece un par de fotos de recuerdo.
De vuelta al coche, toca recorrer algo menos de media hora para llegar a otra de las cascadas más famosas de Islandia, una más de nombre impronunciable: Seljalandsfoss. Esta cascada de unos 60m de alto nos sorprendió y encantó a partes iguales. Nos pareció muy estética y además flipamos con que se pudiese recorrer por detrás. Es maravillosa desde cualquiera de sus ángulos. Eso sí, aquí tampoco te olvides del chubasquero porque acabas calado y déjatelo puesto, porque la cascada que se encuentra al lado (a unos 700m andando), Gljufrafoss es en la que más lo vas a necesitar.
El acceso a Gljufrafoss se realiza por una mini gruta en la que tienes que pisar agua y desde donde ves la cascada entre rocas. Nos quedamos maravillados con esta cascada. Apenas puedes estar unos minutos porque te calas con la cortina de agua, pero lo suficiente como para darte cuenta de por qué estás en uno de esos viajes que nunca olvidarás. Gljufrafoss se convirtió en una de nuestras cascadas favoritas de Islandia, por lo que no te la pierdas si has venido a visitar Seljalandsfoss (algo más famosa), ya que se encuentra muy próxima a esta última.
Tras la visita a estas espectaculares cascadas, nos dirigimos a una que tampoco tiene nada que envidiarles; la famosa Skógafoss. La verdad que se tiene la fama bien ganada. Íbamos con expectativas, pero la verdad que la naturaleza islandesa estaba empeñada en no decepcionarnos en ningún momento.
La cascada es una pasada, pero lo que más nos gustó es la ruta que se inicia una vez se suben los escalones y tienes la vista de Skógafoss desde arriba, donde comienza el Fimmvorduhals Trailhead. Consideramos absolutamente necesario dedicar un rato a pasear por este sendero que recorre hasta 22 cascadas y llega hasta el valle sagrado de Þórsmörk, “el valle de Thor” (que tiene que ser absolutamente maravilloso) tras 23 kilómetros. Pero no hace falta hacérselo entero para alucinar con las vistas de las cascadas, glaciares, montañas y paisajes que regala la zona.
Nosotros nos dimos la vuelta en la cascada Steinbogafoss porque nos estaba anocheciendo. Sin duda hubiésemos seguido andando encantados si hubiésemos podido, aunque finalmente nos quedamos con las ganas. Fue uno de los lugares que más nos gustaron de Islandia, porque al espectacular paisaje hay que sumarle que estábamos prácticamente solos, lo bueno de viajar en noviembre y no ser hora punta.
Como ya estaba anocheciendo y en invierno la oferta de cámpings es menor, nos tuvimos que quedar en el cámping de Skogafoss. No lo recomendamos, muy básico para el precio (1750ISK/persona) y con una ducha un poco lamentable en la que hay que meter en efectivo 300ISK/5min. Si tenéis tiempo os recomendamos que tiréis hasta el siguiente cámping. Aunque sigue siendo la mejor opción para poder ver la cascada a horas menos concurridas (tanto a última hora de la tarde como a primera hora de la mañana), por no mencionar el lujo que es desayunar con este paisaje. Todo tiene sus pros y sus contras, por lo que la decisión es toda vuestra.
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