La isla de Flores en Indonesia esconde muchas joyas naturales desconocidas aún para el mochilero occidental, a parte del magnífico Parque Natural de Komodo y una de ellas es la recóndita aldea de Wae Rebo o el volcán Kelimutu. Las excursiones “Overland” (por la isla de Flores) también las puedes contratar, al igual que las excursiones a Komodo, en la calle principal de Labuan Bajo, en la multitud de agencias que se concentran por metro cuadrado y que se pelean por ofrecer los mejores precios al cliente. Si no quieres cogerte una excursión organizada, sigue leyendo este post para saber cómo llegar a Wae Rebo por libre.

La aldea de Wae Rebo es un pequeño pueblo de difícil acceso situado a más de 1000 metros de altura y rodeado de montañas verdes. Está formado por ocho casas cónicas tradicionales de la etnia Manggarai. Esta etnia es la principal en la parte oeste de Flores y la aldea de Wae Rebo es el típico ejemplo de esta cultura. Por ello y por su belleza, fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 2012.

Esta zona, hace pocos años completamente desconocida para los viajeros de fuera de Indonesia, se está abriendo cada vez más al turismo por ahora, responsable. Estos ingresos que provienen del turismo están ayudando a la población de la aldea a salir un poco del aislamiento y la pobreza en la que se encuentran. Si que es verdad que este turismo está aumentando de forma exponencial, pero aún cuando nosotros visitamos la aldea (a finales del año 2019), fuimos los únicos extranjeros en todo el pueblo, pues era temporada baja.

¿Cómo llegar hasta Wae Rebo por libre?

A Wae Rebo sólo se puede acceder haciendo un trekking desde Denge (una pequeña aldea) de unas 3h aproximadamente. A Denge llegamos desde Labuan Bajo, cogiendo un transporte privado ofrecido por el hotel donde nos hospedábamos.

Una vez el conductor nos dejó en Denge, concretamente en el “Blasius Monta Homestay” (en el que también te puedes hospedar para comenzar la ruta al día siguiente), nos pusimos en marcha para llegar a Wae Rebo antes de que atardeciese, pues el viaje desde Labuan Bajo nos llevó más tiempo del que pensamos en un principio.

Desde este punto, se tardan alrededor de las 3 horas en llegar. Si comienzas a andar desde el check point que se encuentra más adelante, en la carretera, se tarda alrededor de las 2 horas. Es un camino muy bonito, donde la naturaleza es la protagonista y las vistas son espectaculares cada vez que levantas la cabeza. La aldea no se ve hasta que estás a punto de llegar, por lo que aparece ante ti de repente y al menos a nosotros, nos dejó boquiabiertos.

Una vez llegas al pueblo, eres recibido por el dueño del hostel y única persona de la aldea que habla inglés. Sí, existe un hostel en la aldea y es allí el único lugar en el que podrás dormir. Este hombre se encarga de recibir a todos los visitantes que la aldea hospeda cada día. Ese día nosotros fuimos los únicos, pero en temporada alta, intentad no llegar muy tarde al pueblo, pues las camas en la “cabaña hostel” son muy limitadas.

El primer sitio al que te lleva es a la cabaña principal, donde se encuentra el líder del poblado, que te dará la bienvenida a través de una ceremonia típica Manggarai. Tras esto toca conocer la cabaña donde pasas la noche, en la que caben hasta 75 personas (no sabemos cómo) y donde nada más llegar, te ofrecen un té o café (el café es el único cultivo que producen los habitantes de esta aldea).

Una vez hecho todo esto, ya eres un@ más del poblado y solo queda disfrutar de la tranquilidad que se respira, los olores que se mezclan, las increíbles vistas de las montañas y tratar de juntarte con los locales. La cena se sirve a las 19h y el desayuno a las 7h. No te puedes perder las increíbles estrellas que se divisan por la noche, uno de los mejores lugares en los que hemos estado para verlas.

Para dormir en el pueblo deberás pagar 350000Rp/persona (en torno a 20€) que incluye el alojamiento, la cena y el desayuno. La experiencia, lo compensa todo y que mejor forma de ayudar que apoyando el negocio local.                                                                                                   

Al día siguiente y tras disfrutar del desayuno toca dar media vuelta y hacer el trekking con dirección a Dengue. Desde aquí, nosotros pusimos dirección a las Spyder Rice Terraces, en el interior de la isla de Flores, cerca de la ciudad de Ruteng a las que tardamos casi 5 horas en llegar desde el “Blasius Monta Homestay” debido al mal estado de las carreteras de la isla.

Estas terrazas de arrozales en forma de tela de araña son bonitas y llamativas, aunque nada espectaculares. No te recomendamos llegar hasta aquí solo para verlas, ya que se encuentran bastante alejadas. Esto fue lo más lejano que llegamos a ver de la isla, pero la gente de allí no nos paró de recomendar el Parque Nacional de Kelimutu, cerca de la ciudad de Ende, por lo que, si tenéis la oportunidad de llegar hasta aquí, no dudéis en hacerlo, tiene una pinta espectacular.