DUBLÍN
Dublín es una ciudad perfecta para visitar en una escapada de fin de semana o puente, ya que es una ciudad pequeña, donde el centro se encuentra bastante compacto y donde nunca puede faltar la música y una buena guinness. Con esta combinación, nada puede salir mal.
Nosotros estuvimos tres días, empleando dos en visitar la ciudad y el otro en visitar los acantilados de Howth. Dublín, a parte de pubs, puentes y cerveza por doquier, tiene un montón de lugares interesantes para conocer y visitar. Fue una ciudad que nos encantó por su ambiente constante, música en directo y sitios míticos como el Trinity College o el gigantesco Phoenix Park, repleto de ciervos. En definitiva, es una ciudad que bien merece una visita y aquí os vamos a dejar los sitios que no os podéis perder de Dublín.
¿Qué ver en Dublín?
-Fábrica de Guinness: también conocida como Guinness Storehouse. No es únicamente una fábrica, sino que su interior cuenta con un museo enorme sobre la historia y curiosidades de su cerveza. Es uno de los lugares más visitados de Dublín. Nosotros solo la visitamos por fuera y entramos a la tienda, pero si quieres entrar, la entrada son 22€ con cerveza incluida. A nuestro parecer un poco caro, pero claro está que de algún lado tienen que sacar el dinero a los turistas.
–Phoenix Park: Es el parque más grande de Dublín (casi 710 hectáreas) perfecto para pasear, hacer deporte, desconectar de la ciudad o hacer un picnic. Siempre teniendo cuidado con la manada de gamos que viven en el parque. Nosotros vimos algunos, pero dicen que viven en el parque hasta 500 ejemplares. A nosotros nos encantaron los pequeños lagitos que se encuentran a lo largo del parque, super tranquilos para desconectar un rato de la ciudad.
–Trinity College: Es la universidad más antigua de Irlanda y una de las más populares de habla inglesa en todo el mundo. Se encuentra en el centro de Dublín y permite visitar tanto sus exteriores como su biblioteca. El precio para visitar la biblioteca es de 18€ e incluye la entrada a la antigua biblioteca y una exposición en la que se encuentra the Book of Kells, un manuscrito con 1.200 años de antigüedad. Las entradas las puedes comprar aquí.
Nosotros simplemente dimos una vuelta por sus alrededores y nos empapamos de nuevo de ese ya nostálgico sentimiento universitario. No te puedes ir de Dublín sin al menos darte una vuelta por aquí, al menos para rejuvenecer unos años.
–Castillo y Dubh Linn Garden: El Dubh Linn era una antigua laguna negra que se encontraba en este lugar y de la que viene el nombre de la ciudad (Dubh Linn significa laguna negra en irlandés). Hoy en día es un extenso jardín que recorre los alrededores del castillo. El castillo está muy bien conservado, al menos por fuera, que fue por donde nosotros lo visitamos. Si quieres visitarlo por dentro, solo tendrás que pagar 8€ por la entrada.
-St. Patrick’s Cathedral: la Catedral de San Patricio es la más importante de la ciudad y se puede constatar en sus dimensiones. Nos gustó mucho, al menos por fuera, ya que no llegamos a entrar en su interior. Si quieres visitarla por dentro el precio también es de 8€.
–Temple Bar: Parece raro decirlo, pero el Temple Bar (un pub), es una de las principales visitas de la ciudad. Tanto su decoración externa como su ambiente en el interior, siempre con música en directo, hace de él una parada imprescindible en tu viaje por Dublín. Nosotros creo que fuimos más de una vez… El Temple Bar tiene tanta fama, que da nombre a todo el barrio, que está inundado de pubs, restaurantes y demás. Sabemos que El Temple engancha, pero no te olvides también de pasear por sus callejuelas, te encantará.
–The Oscar Wilde Memorial: se encuentra en Merrion Square Park, a la entrada del parque. Al lado de esta, pero ya fuera del parque, está la casa en la que creció cuando estuvo viviendo en la ciudad.
–The Spire: Es una especie de aguja de 120 metros de altura que está considerada la escultura más grande del mundo. A nosotros no nos pareció es especialmente bonita, pero se encuentra en una de las calles principales de la ciudad (O’Conell) y la verás desde varios puntos de ella. The Spire (la aguja en castellano), cuyo nombre oficial es The Monument of Light es una alargada escultura de 120 m, por lo que se trata de una de las más altas del mundo.
-Cruzar el Ha’Penny Bridge: es el puente más famoso de la ciudad y uno de sus iconos. Oficialmente se llama Puente Liffey pero todo el mundo lo conoce como puente Half Penny debido a que ese era el peaje que se cobraba por cruzarlo cuando se construyó a principios del siglo XX. Fue restaurado en el 2001 y es una de las típicas fotos de la ciudad.
-Visitar los alrededores de Dublín: Si dispones de tiempo suficiente, te recomendamos escaparte un día a conocer los maravillosos alrededores de la ciudad. Entre tanta opción nosotros escogimos visitar Howth y su paseo sobre los acantilados (parecidos a los de Moher) y fue todo un acierto. Eso sí, por poco no nos volamos del viento que hacía. Las vistas eran espectaculares, por lo que el frío que pasamos estaba más que compensado.
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