North Stradbroke es conocida por sus increíbles playas de arena blanca, sus lagos interiores, sus rutas costeras y sus avistamientos de ballenas y delfines, pero “Straddie” es mucho más y por supuesto, no te la puedes perder. No le tiene nada que envidiar a sus islas vecinas de la Moreton Bay, incluida la famosa Fraser Island y además es bastante más barata que esta última y con mejores carreteras. Nuestra recomendación está clara, has de conocerla sí o sí.

Su ubicación, a tan solo 1h de Brisbane y 90 minutos de Gold Coast, la convierten en un destino ideal para pasar el día. También existen varios campings donde podrás hacer noche si tu idea es pasar unos días en la isla y olvidarte de toda preocupación.

Al ser una isla, necesitarás llegar en un barco privado (si tienes esta suerte no creemos que estés leyendo este blog) o en ferry. El ferry parte desde Cleveland, en el Toondah Harbour y Sealink (como en la mayoría de Australia) es la compañía que los opera. El precio del billete es de únicamente 17AUD por persona ida y vuelta (11€), pero hemos de decir que de nada te servirá ir a la isla si no dispones de coche con el que moverte por ella, por lo que los precios son algo engañosos.

Nosotros nos reunimos un grupo de 5 personas y nos salió muy económico ya que pudimos meter el coche en la isla. El precio total del billete ida y vuelta de los 5 en el coche, fue de 176AUD (112€), que dividido entre los que éramos, es un precio bastante razonable.

El trayecto en ferry dura alrededor de 45 minutos hasta llegar al puerto de Dunwich, donde daría comienzo nuestra aventura por la “Straddie Island”

Recorrido por Stradbroke Island en un día

Tras llegar al puerto de Dunwich y dar una pequeña vuelta por el pueblo, te das cuenta de que tampoco tiene mucho que ofrecer al visitante, a excepción de su curioso cementerio, situado en frente del puerto. Dunwich sirve como punto de entrada a la isla y tras orientarnos y decidir el plan que íbamos a seguir durante todo el día, pusimos dirección al Blue Lake, que se encuentra en el medio de la isla.

Como su propio nombre indica, es un gran lago de agua azul transparente donde reina la calma y la tranquilidad. Era un día algo frio pese al sol que brillaba y no nos bañamos, pero este lago es perfectamente apto para el baño. Tras visitar el Blue Lake pusimos marcha atrás para visitar el Brown Lake. Para visitar este lago si que tuvimos que hacer una ruta de alrededor de 2km, pero las vistas del lago tampoco fueron nada impresionantes, ya que su mayor parte se encontraba seca y casi no se podía contemplar ese color marrón que le da la planta del té, muy predominante en esta zona.

Habiendo visitado los dos lagos del interior de la isla, solo nos quedaba volver otra vez a Dunwich para coger la carretera que lleva al norte de la isla. Nuestra primera parada fue en la Cylinder Beach, la playa más famosa de la isla. Es una pedazo playa de arena blanca que desemboca en un mar salvaje. ¿Lo mejor? Que desde aquí no verás ningún edificio cercano a la playa. Es un paisaje súper virgen y eso fue una de las cosas que más nos gustaron de la isla.

Tras pasar un buen rato en la fantástica Cylinder Beach, nos dirigimos al pequeño pueblo colindante de Point Lookout. Aquí, la principal visita es un recorrido entre acantilados conocido con el nombre de North Gorge Walk, que ofrece unas vistas espectaculares de la costa escarpada y de la gigantesca Main Beach. En esta población también visitamos las pequeñas calas de Deadmans Beach y de Frenchmans Beach, prácticamente pegadas.

Para finalizar el día, desrecorrimos parte del camino para parar en la única pequeña población que nos habíamos dejado por el camino: Amity. Fue desde la playa de Pulan desde donde disfrutamos de este increíble paisaje y atardecer. Consejo: mantén los ojos bien abiertos ya que por esta zona podrás ver un montón de delfines, sobre todo al atardecer.

Después del atardecer nos pusimos en marcha de nuevo dirección el puerto de Dunwich desde donde cogimos el ferry dirección Cleveland con la sensación de que nos extrañaba que la isla no estuviese más publicitada o que su turismo no fuese más popular, puesto que sus paisajes y playas, son realmente espectaculares. Seguramente sea esta especia de burbuja que envuelve a la isla lo que le da ese encanto. Desde aquí, no podemos dejar de recomendarla.